¿Cómo huele la palabra participar?
La palabra participar huele a salón de clases, entre plumón para pintarrón, gis y grafito de lápiz de madera. Huele a madera cuando se participa y se aporta y huele tal como el agua pura cuando se es conforme, se calla o no se dice. La participación huele a competencia, a emoción que depende de cada una de las personas, en ocasiones es amistosa tan agradable como un perfume, como la naturaleza, sin embargo puede ser dañina como el alcohol, la gasolina y el ácido que se aleja mucho de su objetivo general.
¿Qué tacto tiene el número siete?
El número siete es rugoso y liso, en la parte horizontal es liso, va de salida, justo como una hoja en blanco, seca, no suave ni áspera, como un metal en el que se puede deslizar la mano. La otra parte, la inclinada, es rugosa, como madera, pero acabada de cortar, con la textura de anillos que la caracteriza, tiene astillas por lo que si se pasa la mano a través de ella es seguro recibir dolor por un momento, pero que perdurará por mucho tiempo más. En el vértice raramente la textura es mixta, como una cabalística conjunción.
¿A qué sabe el color azul?
El color azul sabe como un refresco de cola frío, como un café con leche por la mañana, sabe a menta, tranquiliza, da confianza, anima. El color azul sabe bien a primera vista, pero si se prueba seguro es mucho mejor de lo que aparenta, es como un buen té de manzanilla, no un té negro, un té ligero, tal vez de limón o de naranja, es probable que sea de alguna fruta tropical.
El azul sabe a consistencia, es uniforme, puedes probarlo varias veces y sabes exactamente igual, sin cambios.
¿Qué apariencia tiene la libertad?
La libertad tiene la apariencia de infinito, de un paisaje a lo lejos que se quiere alcanzar, pero que nunca puedes llegar a ese punto, te enfrentas a obstáculos que te limitan y que impiden que llegues a ella.
La libertad tiene la apariencia de estar allí y de pertenecer a ella, saber que la tienes pero ni la puedes tocar, ni la puedes usar como quieras. Es como un holograma, pasas a través de ella, regresas, te limitas al verla pero sigue allí dependiendo únicamente de ti.
¿Qué forma presenta el miércoles?
El miércoles presente la forma de una colina, en el punto más alto, es la mitad, es el medio, es el centro, es seguro. El miércoles te ubica como una brújula, como un círculo en el medio de la nada, izquierda o derecha, decisión propia.
El miércoles tiene aquella forma de número 2, acompañándose por una X que se encuentra adjunta al número 1. ¿O no? Es cuestión mental, sabemos que ya no ocurre pero estamos tan acostumbrados.
Este día tiene la forma de todas sus letras, en especial de la letra i, sabemos que tenemos un extra y terminamos con un punto.
¿A qué sabe la alegría?
No sé a que sabe la alegría, se que no sabe a miel, pero no sabe amarga, aunque personalmente me agrada mucho más la segunda idea (me refiero a las bebidas que generalmente tomo, diversos tipos de café para ser exacto), y el hecho no para ahí. No sabe a optimismo, porque no se trata de verle el lado bueno a lo que no lo tiene, sabe a satisfacción, como un platillo que no sabemos hacer y de repente lo tenemos en nuestra mesa, sabe a postre, helado, arroz con leche, natilla, es un momento reflexivo para digerir lo que hemos conseguido.
La palabra participar huele a salón de clases, entre plumón para pintarrón, gis y grafito de lápiz de madera. Huele a madera cuando se participa y se aporta y huele tal como el agua pura cuando se es conforme, se calla o no se dice. La participación huele a competencia, a emoción que depende de cada una de las personas, en ocasiones es amistosa tan agradable como un perfume, como la naturaleza, sin embargo puede ser dañina como el alcohol, la gasolina y el ácido que se aleja mucho de su objetivo general.
¿Qué tacto tiene el número siete?
El número siete es rugoso y liso, en la parte horizontal es liso, va de salida, justo como una hoja en blanco, seca, no suave ni áspera, como un metal en el que se puede deslizar la mano. La otra parte, la inclinada, es rugosa, como madera, pero acabada de cortar, con la textura de anillos que la caracteriza, tiene astillas por lo que si se pasa la mano a través de ella es seguro recibir dolor por un momento, pero que perdurará por mucho tiempo más. En el vértice raramente la textura es mixta, como una cabalística conjunción.
¿A qué sabe el color azul?
El color azul sabe como un refresco de cola frío, como un café con leche por la mañana, sabe a menta, tranquiliza, da confianza, anima. El color azul sabe bien a primera vista, pero si se prueba seguro es mucho mejor de lo que aparenta, es como un buen té de manzanilla, no un té negro, un té ligero, tal vez de limón o de naranja, es probable que sea de alguna fruta tropical.
El azul sabe a consistencia, es uniforme, puedes probarlo varias veces y sabes exactamente igual, sin cambios.
¿Qué apariencia tiene la libertad?
La libertad tiene la apariencia de infinito, de un paisaje a lo lejos que se quiere alcanzar, pero que nunca puedes llegar a ese punto, te enfrentas a obstáculos que te limitan y que impiden que llegues a ella.
La libertad tiene la apariencia de estar allí y de pertenecer a ella, saber que la tienes pero ni la puedes tocar, ni la puedes usar como quieras. Es como un holograma, pasas a través de ella, regresas, te limitas al verla pero sigue allí dependiendo únicamente de ti.
¿Qué forma presenta el miércoles?
El miércoles presente la forma de una colina, en el punto más alto, es la mitad, es el medio, es el centro, es seguro. El miércoles te ubica como una brújula, como un círculo en el medio de la nada, izquierda o derecha, decisión propia.
El miércoles tiene aquella forma de número 2, acompañándose por una X que se encuentra adjunta al número 1. ¿O no? Es cuestión mental, sabemos que ya no ocurre pero estamos tan acostumbrados.
Este día tiene la forma de todas sus letras, en especial de la letra i, sabemos que tenemos un extra y terminamos con un punto.
¿A qué sabe la alegría?
No sé a que sabe la alegría, se que no sabe a miel, pero no sabe amarga, aunque personalmente me agrada mucho más la segunda idea (me refiero a las bebidas que generalmente tomo, diversos tipos de café para ser exacto), y el hecho no para ahí. No sabe a optimismo, porque no se trata de verle el lado bueno a lo que no lo tiene, sabe a satisfacción, como un platillo que no sabemos hacer y de repente lo tenemos en nuestra mesa, sabe a postre, helado, arroz con leche, natilla, es un momento reflexivo para digerir lo que hemos conseguido.
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